Finalmente, lo expuesto lleva a pensar que la sociedad venezolana necesita y
requiere un docente comprometido poseedor de características y actitudes personales que le permitan interpretar y desempeñar a cabalidad su rol en la sociedad, y ser además
modelo de excelencia a toda la población venezolana.
Por ello, se plantea la generación de una discusión franca y abierta entre los
sectores del país involucrados en el quehacer educativo, como son: el magisterio, las
universidades, las comunidades, los gremios educativos, los colegios de profesores del
país, el Ministerio del Poder Popular para la Educación y los dirigentes
gubernamentales.
En fin, una gran parte de las fuerzas vivas que forman el Estado, para la pronta
discusión y construcción de un nuevo código de ética profesional docente que responda
a las necesidades actuales, congruentes y pertinentes con la sociedad, y que además
pueda ser divulgado, valorado y reconocido entre los profesionales de la docencia.
Comentarios
Publicar un comentario